EL LIBRO BLANCO DE LA PROFESIÓN DOCENTE Y EL MIR EDUCATIVO


 ¡Buenas!

En la sexta sesión de la asignatura Procesos y Contextos Educativos hemos conocido un nuevo elemento que forma parte del sistema educativo, aunque está un poco escondido. Se trata de El libro Blanco de la Profesión Docente y su Entorno Escolar, escrito por el filósofo, ensayista y pedagogo Jose Antonio Marina y publicado en 2015. Pero, ¿qué es un libro en blanco? ¿un cuaderno que tienen que ir rellenando los profesores durante el curso escolar?

Pues bien, los Libros en Blanco, presentes en otras áreas de conocimiento, son documentos que explican en profundidad un tema de interés para informar a un público determinado con el objetivo de facilitar su comprensión y ayudar a resolver dudas. Estos libros son publicados por el Gobierno y, en este caso, fue durante el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015 y trajo consigo una gran polémica.

En este libro, el autor nos presenta veinte propuestas con las que mejorar el sistema educativo español. Para poder abordar todas en el aula, por parejas hemos analizado cada una de ellas y, seguidamente, se las hemos presentado al resto de la clase

A mi compañera y a mi nos ha tocado la segunda, que trata la eficacia en el sistema educativo. Según Marina, esta eficacia debe comenzar desde la Educación Infantil, llegar a todos los alumnos independientemente de su edad y circunstancias y mantenerse durante todas las etapas educativas. Para poder formar eficazmente es necesario contar con el personal docente, que estará en constante formación para poder ofrecer lo mejor de sí.
Desde mi punto de vista, y tal y como han comentado otros compañeros, es necesario que los profesores cuenten con unos determinados conocimientos, pero ser el mejor en una materia no implica ser un buen docente. ¿Qué define ser buen o mal docente? En algunas ocasiones, es más valorado por los estudiantes la forma de transmitir la información de una manera clara, directa y entretenida. 
De todos modos, no podemos negar que los profesores necesitan un mayor reconocimiento por parte de la sociedad española.

En lo personal, una de las propuestas que más me ha llamado la atención es la del posible MIR de educación. Durante los últimos cursos del grado, los profesores nos mencionaron esta novedad en varias ocasiones porque está presente en el sistema educativo alemán y en las noticias se hablaba constantemente de su posible implantación en los próximos años.

El año pasado coincidí con varios Referendariat (profesores en prácticas) en el instituto en el que trabajé como auxiliar y pude ver de cerca cómo funciona este sistema. 



En Alemania, los profesores se especializan en dos materias, que normalmente no tienen nada que ver entre sí, como Español y Economía o Historia y Educación Física. Un poco raro. 

Uno de estos Referendar (de español e inglés) me explicó que, en su caso, le habían asignado un grupo de 3º de la ESO en el que daba clase sin nadie que vigilara lo que hacía, siguiendo su propia metodología.
Además, tenía que asistir a las clases de otros profesores de sus materias para observar cómo daba clase cada uno de ellos y, después, tenía que preparar sus propias sesiones en las que el profesor titular se sentaba al final de la clase y tomaba nota de lo que hacía bien o mal. Esto era importantísimo porque a lo largo del curso van inspectores a evaluar cómo realizan el trabajo. Y pueden suspender. 

Todos coincidían en que era muy estresante porque suponía mucho trabajo diario, sumado a la asistencia a seminarios y estudiar para los exámenes.
A pesar de permanecer durante dos años en los centros educativos, esto no aseguraba una plaza al terminar, lo cual ponía más estrés sobre ellos. Si aprueban el examen final, pueden comenzar a trabajar como profesores de sustitución. A veces tienen que trabajar durante 3-5 años como sustitutos antes de obtener una plaza fija. Si suspenden el examen final, tienen que repetirlo. 

Ahora mismo me parece impensable la implantación de este sistema en España, no solo por lo difícil que sería la coordinación con los centros durante los primeros años, sino por la cantidad de dinero que supone. En la región en la que yo estaba, cada estudiante de prácticas cobraba unos 1400 euros al mes, más de lo que suele cobrar un trabajador medio en España. Así que por ahora tendremos que conformarnos con nuestras prácticas de mes y medio sin remunerar.








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