¿MEDIADORES EN EL AULA?

¡Muy buenas! 

La semana pasada tratamos en clase el tema de los Objetivos de la Educación para la década 2010-2020 que fijó el Consejo de Ministros en 2010, y, en grupos, reflexionamos acerca de cada uno de ellos. En la entrada de hoy, voy a presentar las conclusiones a las que llegamos.

En mi grupo debatimos acerca del Objetivo 10: Convivencia y educación en valores: Implicación de la familia, del profesorado y de la sociedad. En concreto, nos centramos en la presencia de las familias en la escuela y la figura del mediador en el centro educativo. ¿Se debería involucrar más a las familias 

Desde nuestro punto de vista sí, pero en su justa medida.

Consideramos que debería existir un mayor seguimiento del alumno por parte del profesorado y las familias, de manera que se puedan reconocer lo antes posible las carencias o ayudas requeridas por el alumnado e intentar solucionarlas lo antes posible. Del mismo modo, los profesores podrían informar regularmente a los padres acerca del contenido que se está estudiando en las diferentes materias.

Por otra parte, los padres podrían implicarse participando en alguna actividad como “El Día del Trabajo”, en el que presenten la realidad y el día a día en el mundo laboral. De esta manera, los alumnos pueden ver de primera mano las diferentes opciones o alternativas para su futuro. 

Nos resultó llamativo que esta medida también fue mencionada por otros grupos para fomentar el interés de los alumnos, por ejemplo. Sin embargo, reflexionando sobre esta actividad en casa, pensé que quizá podría tener una parte negativa. A pesar de que sería una actividad voluntaria, cada padre o madre tiene un trabajo diferente, que puede ser considerado como mejor o peor por la sociedad o incluso estar en el paro. Habría que considerar, tal vez, la posibilidad de que a algún alumno se avergonzara del trabajo de sus progenitores -o la falta de él-.

Para favorecer intentar favorecer este entorno de mediación y resolución de problemas nos gustó especialmente la actividad de “Aulas Activas”, en la que los alumnos van de excursión durante un par de días a un medio rural. Allí pueden aprender a relacionarse entre ellos y ser un poco más independientes sin una figura paterna.

Sin embargo, para poder llegar a este escenario que parece casi perfecto en el que adolescentes de entre 12 y 18 años son capaces de hacer todo por sí solos y resolver sus problemas, es necesario que alguien les proporcione las herramientas necesarias para saber actuar ante una pelea y poder poner fin a una situación como esa, en la que todas las partes se encuentran, además, nerviosas y no están pensando sus actos.

Por último, en lo que respecta a la figura del mediador, consideramos que los padres deben mantenerse al margen. Los alumnos serán quienes deban mediar los conflictos entre ellos, sin depender de la figura de un adulto. Aunque la presencia de un profesor o un mediador “profesional” u orientador educativo puede ser positiva en caso de que siguieran existiendo problemas. La figura del alumnado como único mediador puede tener consecuencias negativas para esa persona o personas. Si bien es posible que se ofrezcan voluntariamente, no podemos negar que el ambiente en cada aula es diferente y, dependiendo del caso, este alumno podría convertirse en la diana de sus compañeros al ser visto como un “pelota” o “metomentodo”

Habría que observar los resultados en centros educativos para poder concluir si realmente la figura del mediador y la presencia de las familias – o la falta de ella - tiene resultados positivos o negativos, pero, mientras tanto, os dejo con las notas que tomamos durante la sesión...

...y nos vemos en la próxima clase :)

Bis morgen!